jueves, 20 de octubre de 2011

OSTRACISMO

     Condenado al ostracismo, vagó durante años por el averno entre tinieblas, oscuridad, caos y todas esas cosas de las que habla el Génesis. 


    Todas esas palabras suenan bonito, tienen fuerza. Fuente de inspiración de muchas novelas, pozo en el que si caes te puede valer para crear. En el ostracismo nadie te molesta y todo el tiempo del mundo es sólo para ti. Cuando todo va bien no hay tiempo para hacer ni para crear nada porque el placer precisamente radica en no hacer nada de nada. Si todo fluye hacia el lugar adecuado no toques, mantén las manos quietas y que el tiempo te acaricie la espalda.
     
    ¿Qué hace la gente desterrada? ¿cómo es el día a día de un condenado al olvido? ¿compra pan? ¿le mete mano a un filete rosa? ¿llora por las noches? ¿tienen teléfonos mudos?. Yo me los imagino escribiendo de madrugada, tramando planes a largo, preparando la vuelta. Sé que durante ese tiempo solo compran marcas de leche baratas y los mismos zapatos les duran todo el proceso, no es necesario un buen par de zapatos si nadie los ve. Para caminar basta con tener dos pies e impulsos, lo hacen los pollos, los zombies y los insectos palo. 

     Cuando por fin un día se abre el cielo y aparece un olvidado todos se asombran. La gente piensa que un fiambre nunca regresa, pero esa es la gran palabra, ellos mismos la dicen sin darse cuenta: HE REGRESADO y bueno, estoy contento...bla, bla, bla, ahora que HE REGRESADO mi intención es bla y ble y bli. Sí, como ya he dicho antes con MI REGRESO lo que quiero es que...


     Seguro que conoces algún alma errante con la palabra ostracismo pinchada en el culo, y seguro que piensas que come guisantes para desayunar, para comer y para cenar, y seguro que tú estás seguro de que esa palabra no te atrapará porque en tu culo no se pincha ni un cáctus de Almería. Pero ándate al loro, que sapos atropellados en el arcén se han visto muchos, y segundos antes tenían los ojos como pelotas de ping pong.

     ¿Qué quiero decir con esto? Que cuando esa palabra te dé la mano ya puedes ir trazando un plan a largo. EL REGRESO existe. También existen fundas para mandos a distancia y gominolas con forma de huevo frito. Y te las puedes poner en los ojos y hacer el gilipollas con ellas.


     
     texto Jacobo Sánchez
Octubre 2011    

martes, 18 de octubre de 2011

miércoles, 12 de octubre de 2011

EL SILENCIO DE LA NOCHE ES MIEL QUE HAY QUE CALENTAR...

     Ya de pequeño me llamaba la atención, no comprendía porqué a temporadas la veía y en otras ocasiones no era capaz de divisarla. Siempre estuvo allí, pero en la ciudad grande donde yo vivía era difícil ver sus puntos brillantes. 
     Más adelante, de chaval, investigué y descubrí que no sólo eran estrellas sueltas, sino que formaban una constelación, la constelación de Orión que reconocía siempre por su cinturón característico. Comprendí entonces porqué a temporadas no podía contemplarla, y es que se escondía en los meses de verano en el hemisferio sur. Así, a últimas hora de las noches del mes de Agosto, ya empezaba a visitarme, y cada vez venía más pronto y más pronto, tanto que ya no tenía que levantarme de madrugada para contarle mis secretos. A veces estaba allí antes de irme a la cama, y en ocasiones se centraba tanto en el cielo que podía dormir con la persiana subida mientras se mantenía perfectamente encuadrada en mi ventana. Esas eran las noches de Octubre, mi mes. Octubre y su primera semana son canela fina, azafrán de primera, besugo a la plancha. Si no te has dado cuenta aún, la primera semana de Octubre es plácida, es limpia, el aire espera quieto antes de que el otoño lo agite y le parta la cara desestabilizándolo todo. La luna se vuelve grande, una galleta con cráteres del tamaño de una mesa para doce personas. El silencio de la noche es miel que hay que calentar...Sonríen las abejas sin boca, pero lo hacen por dentro, así que alegría en el panal...
     Octubre sí, salgo a contarle mis cosas a Rigel, a Betelgeuse o mi amiga Alnilam. Lo saben todo desde que yo era pequeño. Saben que cada noche de Octubre yo les guiño un ojo, ellas parpadean. 
     Hoy, ya de adulto, descubrí que es Sírio el amigo que viaja siempre debajo, el más brillante de todo el firmamento. Él vive en Can Mayor, yo aquí abajo de momento.



texto JACOBO SÁNCHEZ
OCTUBRE 2011