miércoles, 19 de septiembre de 2012

SUMERGIDO EN ESCABECHE

     Fue al abrir una lata de sardinas en conserva cuando le vino la idea a la cabeza. La gente tenía miedo a ser enterrada, incinerada, y encima todo aquello era bastante caro y tenebroso. Era agresivo y lento aunque ya todo diera igual llegado el momento. Él no quería secarse en una caja ni arder como un pino, él quería permanecer en una lata enorme llena de aceite de oliva virgen, o sumergido en escabeche como una codorniz, en un bonito tarro de cristal.

     Quiero pasar mis días sumergido en escabeche...


     
     texto JACOBO SÁNCHEZ


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