jueves, 17 de febrero de 2011

ALUMBRAMIENTO

     Había estado tomando vinos por ahí, tampoco demasiados, pero había estado tomando vinos por ahí. Entonces volvía para casa con los cuellos del abrigo subidos y encorvado por el frío, como un signo de interrogación. Aligeré el paso y atajé por el medio del parque, tenía que llegar a casa y hacer trece cosas antes de acostarme, y una vez acostado tenía que dormir   para que mis ojos no dieran mucho miedo a la mañana siguiente. Además no quería llegar muy tarde porque mis vecinos llevaban discutiendo a gritos por entregas, y la cosa se estaba poniendo interesante. Iba ganando él por el momento, ella anda por ahí sin trabajo desde hace meses y por ahí se las cuela todas él. A ella la entiendo mejor pero las voces de él no pueden  con el tabique del salón.
     Una vez en casa la pereza me mordió un pie y las trece cosas por hacer siguieron siendo trece, pero...¿y si creo un blog en lo que mi vecina le taladra la oreja al tipo que vive con ella? Dicho y hecho, ahí lo tienes. Enciende el ordenador, pínchalo y ya es tuyo, lo es. 

2 comentarios:

  1. Ya era hora de que compartieras tu senda de hormigas... estoy deseando leer tus nuevos relatos.

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  2. Ehhh, ¿Hola? Hay alguien ahí? Bueno, creo que soy el primero. Buen relato para comenzar. Si quieres salvar el matrimonio de tus vecinos deja en su buzón un enlace a tu blog, y ábreles los ojos.

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