¡Qué envidia de la mantis religiosa! Estaba sobre la piedra ayer, y también antesdeayer. No tengas prisa pequeña, total, ¿qué importa dónde vas? A otra piedra, a una caja de cartón, a una reja oxidada o a un palo seco.
Sí, un palo seco está bastante bien, oliendo a confesionario viejo, al armario de tu abuela... Olores entrañables, de pinos lejanos, de bodegas húmedas o almohadas de lana. Aunque tal vez no huelas nada, al fin y al cabo eres un organismo muy simple, una pajita verde con brazos de boxeador. Pero tú no tengas prisa, tú ahí quieta, a digerir el tiempo. Eres buena en eso.
Serías perfecta si tuvieras ojos de ternero.
Oye mantis, ¿te imaginas a todos los humanos con ojos de ternero? Por el metro corriendo, rodeando la Meca o fumando en los cafés del puerto.
Mira, yo te llevaría a mi casa en mi tubo porta-insectos, pero mi madre es mayor y se asustaría. Probablemente llamaría a los bomberos.
¡Qué envidia me das, mantis! Si yo fuera tú me posaría en un rosal.
Jacobo Sánchez
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Publicado Año 2010
Extracto de Filtes de Hígado
Bueno!, muy bueno hermano
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